Nuevamente, hay una explicación de esto en la Guía para la Juventud. Una vez, los hermanos que me asistían me hicieron la siguiente pregunta: “Desde hace cincuenta días -y ahora han pasado siete años -, no nos has preguntado nada ni tienes curiosidad sobre esta horrenda Guerra Mundial, que ha sumergido el mundo entero en el caos y que está estrechamente conectada con el destino del Mundo Islámico, ni sientes curiosidad por esto, mientras que, algunas personas religiosas e ilustradas dejan a las congregaciones en la mezquita y corren a escuchar la radio. ¿Hay algún evento más trascendental que la guerra o es perjudicial mostrar preocupación por ella?”.
Les respondí lo siguiente: “El capital de la vida es muy pequeño y hay muchas cosas que se deben hacer. En cada persona hay esferas una dentro de otra como círculos concéntricos, desde la esfera del corazón, el estómago, la de su casa y su cuerpo, la del cuarto en que vive, su barrio, su país, su tierra, del globo y la raza humana, hasta las esferas de seres animados y el mundo. Cada persona puede tener deberes en cada una de estas esferas, pero lo más importante y permanente se encuentra en la esfera más pequeña, mientras que sus deberes menos importantes y temporales pueden estar en la esfera más grande. Según esta analogía, la grandeza y pequeñez se encuentran en una proporción inversa pero, a causa de la atracción hacia la esfera más grande, la gente olvida sus obligaciones importantes y necesarias que se encuentran en la esfera pequeña, ocupándose con asuntos innecesarios, triviales y periféricos. Se destruye el capital de la vida por nada y se gasta la preciosa vida en cosas inútiles. A veces, aquel que sigue con curiosidad las luchas de la guerra va a dar apoyo seguramente a algún lado, ve con buenos ojos la tiranía y hasta se convierte en partidario de ella.
La respuesta al primer punto: Sí, un evento más trascendental que esta Guerra Mundial y un caso más importante que la supremacía mundial ha sido abierto sobre las cabezas de cada persona y especialmente en los musulmanes, de tal modo que si cada uno tuviese la riqueza y el poder de los alemanes y británicos, mostrarían sin vacilar todos los esfuerzos para ganar ese único caso. El caso es el siguiente: confiando en miles de promesas y compromisos del Dueño del Universo, Quien tiene disposición sobre él, cientos de miles de los más eminentes de la humanidad, y la innumerable cantidad de sus estrellas y guías, han dado noticias por unanimidad y algunos de ellos efectivamente han visto – que para todo el mundo el caso se ha abierto por lo que cualquiera puede ganar, en recompensa por la fe, o perder, extensas propiedades eternas tan amplias como la tierra, con palacios y jardines. Si no aseguran el documento de la fe, van a perder. Y en este siglo, muchos están perdiendo el caso por la plaga del materialismo. Uno de los adivinadores de la realidad e investigadores de la verdad observó que en un lugar fuera de las cuarenta personas que murieron, unos pocos ganaron y otros perdieron. ¿Puede algo, tomar lugar de esta causa perdida e incluso mantener dominado al mundo entero? Puesto que nosotros, estudiantes del Risale-i Nur sabemos que sería una gran locura dejar las obligaciones que ayudarían a ganar el caso y abandonar al abogado maravilloso que gana el noventa y nueve por ciento de las causas judiciales y la tarea que nos da, para ocuparnos de las trivialidades periféricas, como si nosotros nos quedáramos en el mundo para siempre. Estamos seguros que si cada uno de nosotros tuviésemos la inteligencia cien veces más grande de lo que la tenemos, la usaríamos sólo en esa tarea.
¡Mis nuevos hermanos en esta calamidad de la prisión! No han visto la obra de Risale-i Nur como mis hermanos antiguos, que llegaron aquí conmigo. Mencionándoles y, miles de estudiantes como ellos de testigos, digo y pruebo, y he probado, que es la obra de Risale-i Nur la que gana la causa suprema de noventa personas de cada cien, obteniendo para ellos una verdadera fe verificada, que es el documento y la garantía que ha ganado el caso de veinte mil personas en veinte años. Procede del milagroso y sabio Corán y es el principal abogado en este momento, aunque en estos dieciocho años, mis enemigos, los ateístas y materialistas han intentado engañar a algunos miembros del gobierno con sus tramas extremadamente crueles contra mí y, nos han hecho enviar a prisión para librarse de nosotros -en el pasado como ahora, pudieron hacer daño a sólo dos o tres de ciento treinta piezas del equipo- en la fortaleza de acero del Risale-i Nur. Esto significa que para obtener, es suficiente contratar a un abogado. ¡Y además no tengan miedo, Risale-i Nur no puede ser prohibido! Con la excepción de dos o tres, sus tratados están circulando libremente entre los diputados que sirven al gobierno de la República y a sus líderes. Si Allah quiere, en algún tiempo, los gobernadores y guardias bondadosos distribuirán esas luces a los prisioneros, como pan y medicina, para convertir las prisiones en lugares de reformas verdaderamente efectivas.