En el prefacio escribí sobre el gran Iqbal, dije: “Cuando uno lee sobre las vidas de grandes personas, y sus elevadas memorias e historias, uno siente que ha entrado en otro mundo. El corazón se quema con el fuego puro del amor y se envuelve en un cariño divino. La historia a veces nos cuenta sobre hombres tan grandes que otros parecen pequeños en comparación.
Cuando recuerdo a los grandes que honraron la historia;
El espíritu se eleva hacia amplios mundos de la tierra; Envuelve profundamente al espíritu con abundancia y miles de aromas Como si pasara por los jardines de rosas del Paraíso