¡Oh, alma mía! No digas, “los tiempos han cambiado, esta época es diferente, todos están sumergidos en este mundo y adoran esta vida. Todos están borrachos de lucha por el sustento”. Ya que la muerte no cambia. La separación no se transforma en permanencia y no se hace diferente. La impotencia del hombre y la pobreza no cambian, sino que aumentan. El viaje del hombre no se acorta, se hace más rápido.
Y no digas, “Soy como cualquier otro”. Ya que sólo te ofrecen amistad hasta la tumba y el consuelo de estar junto a todos los demás en el desastre, no tiene ningún significado más allá de la tumba.
Y no supongas que eres libre e independiente. Ya que si miras esta pensión del mundo con el ojo de la sabiduría, verás que nada en absoluto carece de orden ni de objetivo. ¿Cómo puedes permanecer fuera del orden y no tener ningún objetivo? Los acontecimientos en el universo como los terremotos no son juegos de la posibilidad. Por ejemplo, mientras que ves que las camisas están sumamente bien ordenadas y sutilmente bordadas, unas sobre otras y unas dentro de otras, de la misma forma está el vestido de la tierra de las especies de animales y plantas, que son embellecidas y adornadas de arriba a abajo con objetivos y casos de la sabiduría, y también sabes que la tierra gira y es girada como una calesita en orden perfecto dentro de los objetivos más exaltados. ¿Cómo es entonces, como un ateo confeso, que supone los acontecimientos corrompidos por la muerte de la tierra, como el terremoto, el cual se parece a una sacudida de la tierra sobre sí misma, a ciertas formas de descuido de que desaprueba la humanidad y sobre todo de los creyentes, sin tener objetivo y sin ser resultado de la posibilidad? ¿Cómo es que ellos muestran las pérdidas penosas de todos aquellos golpeados por no tener recompensa y no haber ido sin motivo ni haberlos echado en una desesperación temible? Cometen un gran error y perpetran una gran opresión.
En efecto, tales acontecimientos ocurren por la orden del Omnisciente y Compasivo, a fin de transformar la propiedad pasajera de los creyentes similar a una a limosna y hacerla permanente. Son la expiación para los pecados que provienen de la ingratitud a las generosidades.
Como un día vendrá cuando esta tierra sea juzgada y verá los actos del hombre, que son el adorno de su cara, corruptos por la atribución de los compañeros y sin ser la causa de las gracias y los encontrará horribles. A la orden del Creador, les limpiará la cara y lo dejará limpios con un gran terremoto. A la orden de Allah, tirarán al infierno a aquellos que atribuyen compañeros a Allah y a aquellos que ofrecen gracias les dirán: “¡Ven y entra en el Paraíso!”.Bediuzaman Said Nursi
En: Las Palabras Pequeñas
De la Colección de Risale-i Nur