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ﭡ
وَالشَّمْسِ وَضُحٰيهَا ﱳ وَالْقَمَرِ اِذَا تَلٰيهَا ﱳ وَالنَّهَارِ اِذَا جَلّٰيهَا ﱳ وَالَّيْلِ اِذَا يَغْشٰيهَا [1]
وَالسَّمَٓاءِ وَمَا بَنٰيهَا ﱳ وَالْاَرْـضِـ وَمَا طَحٰيهَا ﱳ وَنَفْسٍ وَمَا سَوّٰيهَا ﱳ اِلٓخ
Bismillahir Rahmanir Rahim
“En el Nombre de Allah el Clemente y el Misericordioso”
¡Hermano! Si quieres comprender un poco sobre el misterio de la sabiduría del mundo y el acertijo de la creación del ser humano y del misterio de la realidad de las oraciones prescritas, entonces considera esta corta comparación junto a mi propia alma.
Una vez había un rey, cuya riqueza consistía en numerosos tesoros que contenían diamantes, esmeraldas y joyas de todo tipo. Además de éstas, tenía otros maravillosos tesoros ocultos. A modo de logro tenía una habilidad consumada en artes extrañas y un conocimiento que abarcaba innumerables ciencias maravillosas; era un gran erudito en interminables ramas de aprendizaje profundo.
Ahora, como todo poseedor de belleza y perfección que quiere ver y mostrar sus su propia belleza y perfección, ese glorioso rey quiso abrir una exhibición y dispuso muestras dentro de ella para hacerlas manifiestas y mostrar a los ojos de la gente la majestuosidad de su gobierno, su riqueza brillante, las maravillas de su conocimiento, las maravillas de su conocimiento, así poder observar su belleza y perfección en dos sentidos:El primero: para que él mismo pueda contemplarlas con el discernimiento de sus propios ojos. El segundo: para que pueda mirar a través de la mirada de los otros.
Con este propósito en mente, el rey comenzó a construir un palacio vasto y majestuoso. Lo dividió en departamentos y viviendas, lo decoró con todo tipo de joyas de sus tesoros y con sus propias manos llenas de arte lo adornó con las obras más delicadas y hermosas. Del mismo modo, lo ordenó con las artes más sutiles y lo engalanó con las obras milagrosas de su sabiduría. Luego de completarlo, dispuso en el palacio mesas anchas con las más deliciosos tipos de comida y todo tipo de bendiciones. Especificó una mesa apropiada para cada grupo. Dispuso tal banquete munificente y artístico que fue como si las bendiciones incalculables e invaluables que distribuyó hubieran surgido a través de las obras de cien artes sutiles. Entonces invitó su gente y los sujetos de todas las regiones de sus tierras para festejar y contemplar el espectáculo.
Más tarde el rey nombró a un comandante supremo como maestro, para dar a conocer los propósitos del palacio y los significados de sus contenidos, para describir a su Creador y dar a
conocer los secretos del embellecimiento del palacio, enseñar lo que las artes dentro de él estaban señalando, para explicar lo que eran las bien dispuestas joyas, los bordados armoniosos; y para explicarle a aquellos que entraron al palacio el modo e indicaciones de las perfecciones y las artes del dueño del palacio, para informarlos de la conducta correcta al contemplarlas, para explicar las ceremonias oficiales que el rey – que no aparecía- deseaba que fueran. El maestro e instructor tenía un asistente en cada área del palacio, mientras que él mismo permanecía en el área más grande entre sus alumnos, haciendo el siguiente anuncio a todos los espectadores. Les dijo:
“¡Oh, gente! Al hacer este palacio y al mostrar estas cosas, nuestro Señor, que es el rey del palacio, quiere darse a conocer a vosotros; en consecuencia debéis reconocerlo y tratar de conocerlo. Con estos adornos Él quiere que Lo améis. Además, Él muestra Su amor por vosotros a través de estas bendiciones que veis, entonces, debéis amarlo también al obedecerlo. Por medio de estas bendiciones y dones que se ven, Él muestra Su compasión y bondad hacia vosotros, por ende deberéis mostrar vuestro respeto por Él al ofrecerle las gracias. A través de estas obras de Su perfección Él quiere mostrar Su belleza trascendental a vosotros, entonces deberíais mostrar vuestros deseos de verlo y de obtener Su consideración. Y al poner una marca particular, un sello especial y una firma inimitable sobre cada una de estas obras adornadas de arte que veis, Él quiere mostrar que todo es particular a Él, es la obra de Su propia mano, que Él es Uno, Único, Independiente y distante. En consecuencia, vosotros deberíais reconocer que Él es uno solo y sin igual, ni par ni semejante: aceptar que Él es tal”. Él dijo más palabras apropiadas como éstas a los espectadores que se relacionaban con el Rey y con esta estación. Entonces la gente que había entrado al palacio se separó en dos grupos.
El Primer Grupo: Ya que estas personas tenían auto-conocimiento, eran inteligentes y sus corazones estaban en el lugar correcto, cuando miraron las maravillas dentro del palacio, declararon: “¡Hay grandes asuntos en marcha aquí!” Ellos comprendieron que no es en vano ni es un juego sin importancia. Eran curiosos y mientras se preguntaban: “¿Cuál es el misterio para esto y qué contiene?”, de pronto escucharon el discurso que daba el Maestro e Instructor; se dieron cuenta que las claves de todos los misterios estaban con él. Entonces se acercaron a él y dijeron: “¡La paz sea contigo, Oh, Maestro! Por derecho, un instructor veraz y exacto como usted, es necesario para un palacio magnífico como éste. ¡Por favor dinos lo que vuestro Señor os ha dado a conocer!” Primero que nada, el Maestro repitió el discurso para ellos. Escucharon con atención, aceptándolo y se beneficiaron mucho con él. Actuaron como el Rey deseaba. Y porque el Rey estaba complacido por sus conductas y modales, los invitó a otro palacio especial, elevado e indescriptible. Y se les agasajó de un modo apropiado de un rey tan munificente, adecuado para sujetos tan obedientes, apropiado para huéspedes con tan buenos modales, propicio para un palacio tan elevado. Él los hizo permanentemente felices.
En cuanto al segundo grupo, como sus mentes estaban corrompidas y sus corazones estaban extinguidos, cuando entraron al palacio, fueron derrotados por sus almas dominadas por el mal y no notaron nada más allá de los alimentos deliciosos; cerraron sus ojos a todas las virtudes y detuvieron sus oídos a la guía del Maestro y a las advertencias de sus alumnos. Se llenaron como animales y luego se hundieron en sueño. Bebieron elixires que habían sido preparados para otros asuntos y no eran para el consumo. Entonces se embriagaron y comenzaron a gritar tanto que molestaron sobre manera a los otros huéspedes que observaban. Eran maleducados ante las reglas del Creador Glorioso. Entonces, los soldados del dueño del palacio los arrestaron y los arrojaron a una prisión apropiada para gente tan descortés.
¡Oh, amigo que estás escuchando esta historia conmigo! Por supuesto que has comprendido que el Creador Glorioso construyó este palacio para los objetivos que mencionamos. El logro de estos objetivos depende de dos cosas:
La primera: La existencia del Maestro que vimos y cuyo discurso escuchamos. Porque si no fuera por él, todos estos objetivos serían en vano. Si un libro incomprensible no tiene un profesor, consiste sólo en un papel sin significado.
La segunda: Es la gente que escuchaba las palabras del Maestro y las aceptaba. Es decir, la existencia del Maestro es la causa de la existencia del palacio, que la gente lo escuche es la causa de que el palacio continúe existiendo, en cuyo caso se puede decir que si no fuera por el Maestro, el Rey Glorioso no hubiera construido el palacio. Y otra vez, se puede decir que cuando la gente no presta atención a las instrucciones del Maestro, el palacio de seguro será transformado y cambiado.
¡Amigo! La historia termina aquí. Si has comprendido el significado de la comparación, ven y contempla su realidad.
El palacio es este mundo. Su techo son los cielos iluminados con estrellas sonrientes, su piso, la faz de la Tierra adornada de este a oeste con flores multicolores. En cuanto al Rey, él es el Más Sagrado, el Monarca Eterno, a Quien todas las cosas en los siete cielos y en la Tierra glorifican y alaban, cada una con su lengua particular. Él es un rey tan poderoso que creó los cielos y la Tierra en seis días, luego permaneció en el Trono. Alguien con Poder y Majestuosidad, Quien, al alternar la noche y el día como dos hilos, uno blanco y otro negro, escribe Sus signos en la página del universo; Alguien a Cuya orden el sol, la luna y las estrellas se encuentran subyugadas. Los departamentos del palacio son los dieciocho mil mundos y cada uno de los cuales, ha sido ordenado y decorado de una manera especial. Las artes extrañas que viste en el palacio son los milagros del poder Divino que ves en este mundo, los alimentos que viste allí aluden a las frutas maravillosas de la misericordia Divina en este mundo, en especial en el verano, sobre todo en los jardines de Barla. La cocina de allí es la Tierra aquí, la cual tiene fuego en su corazón, la faz de la Tierra. Mientras las joyas de los tesoros ocultos que viste en la comparación son las similitudes de las manifestaciones de los sagrados Nombres Divinos. Y los bordados allí, los signos de los bordados, son los seres bien ordenados y hechos delicadamente y las impresiones armoniosas de la pluma de poder, que adorna este mundo y señala a los Nombres del Todopoderoso y Glorioso.
En cuanto al Maestro, él es nuestro Maestro Muhammad (PyB). Sus asistentes son los profetas (la paz sea sobre ellos), sus alumnos, los evliyas y eruditos purificados. Los siervos del gobernante del palacio indican a los ángeles (la paz sea con ellos) de este mundo. Y los huéspedes invitados al banquete para observar la comparación son los genios y los seres humanos de esta casa de huéspedes del mundo, los animales, son los siervos de la humanidad.
En cuanto a los dos grupos, uno de ellos consiste de la gente de fe, que son los estudiantes del Sabio Corán, los intérpretes de las aleyas y de los signos del libro del universo. El otro grupo
es de los incrédulos y los rebeldes, que siguen a Satanás y a sus almas dominadas por el mal; los sordos y mudos, como animales, o incluso más bajos, forman el grupo de los desviados, que reconocen la vida de este mundo solamente.
PRIMER GRUPO: Son los felices y buenos, que escucharon al Maestro, ‘el Poseedor de Dos Alas’. Él es a su vez el siervo que adora a Allah; en relación a la adoración, él describe a su Sustentador para que sea como el enviado de su comunidad a la Corte de Allah Todopoderoso. Y él es también el Mensajero de Allah; con respecto a la Misión Profética, él transmite los decretos de su Sustentador para los seres humanos y los genios por medio del Corán.
Esta comunidad feliz prestó atención al Mensajero y escucharon al Corán. Se vieron a sí mismos investidos con las oraciones prescritas, que son el índice de todas las variedades de adoración -numerosas tareas sutiles dentro de las estaciones elevadas-. Por cierto, vieron en detalle las tareas y las estaciones a las que las oraciones señalan con sus fórmulas y acciones variadas. Fue así:
Primero: Ya que ellos observaron las obras Divinas en forma de transacción en la ausencia de la persona interesada, se vieron a sí mismos en la estación de observación de las maravillas de la soberanía divina y realizaron la tarea de alabar y glorificar a Allah, declarando: Allahu Akbar “¡Allah es el Más Grande!”
Segundo: Al ser vistos en la estación del heraldo de Sus obras brillantes y maravillosas, que son las manifestaciones de los sagrados Nombres Divinos, exclamaron: Subhanallah “¡Glorificado sea Allah! Alhamdulillah ¡Alabado sea Allah!”, realizando la tarea de santificar y alabar a Allah.
Tercero: En la estación de percibir y comprender con sus sentidos internos y externos las bendiciones almacenadas en los tesoros de la misericordia Divina, comenzaron a realizar la tarea de agradecimiento y alabanza.
Cuarto: En la estación de pesar con la balanza de las facultades espirituales las joyas de los tesoros de los Nombres Divinos, comenzaron la tarea de alabar y de declarar a Allah libre de toda falla.
Quinto: En la estación de estudiar las misivas del Sustentador, escrito con la pluma del poder del plan de la Determinación Divina, comenzaron la tarea de contemplación y apreciación.
Sexto: Al contemplar las bellezas sutiles, delicadas y finas de la creación de las cosas y en el arte de los seres, en la estación de declarar a Allah libre de todo defecto, emprendieron la tarea de amar y anhelar a su Creador Glorioso, su Creador Bello. Es decir, después de observar al universo y sus obras y al realizar las tareas en las estaciones ya mencionadas a través de las transacciones en el objeto de la ausencia de adoración, se elevaron al nivel de observar también las transacciones y actos del Creador Omnisciente, por medio del cual, en forma de transacción en la presencia de la persona interesada, respondieron con conocimiento y asombro ante el hecho de que el Creador Glorioso se dé a conocer a los seres concientes a través de los milagros de Su arte, declararon:
سُبْحَانَكَ مَا عَرَفْنَاـكَـ حَقَّ مَعْرِفَتِكَ “¡Glorificado Seas! ¿Cómo podemos conocerte de verdad? ¡Lo que Te da a conocer son los milagros de las obras de Tu arte!”
Luego, respondieron con amor y pasión al hecho de que el Más Misericordioso se haga amar a través de los frutos bellos de Su misericordia. Declararon: اِيَّاكَ نَعْبُدُ وَاِيَّاكَ نَسْتَع۪ـينﭮ [1]
Luego, respondiendo con agradecimiento y alabanza al Verdadero Otorgador que muestra su misericordia y compasión a través de Sus dulces bendiciones, exclamaron:
سُبْحَانَكَ وَبِحَمْدِـكَـ “¡Glorificado seas! ¡Todas las alabanzas son Tuyas! ¿Cómo podemos agradecerte como corresponde? ¡Tú eres el merecedor absoluto del agradecimiento porque todas tus bendiciones, esparcidas a lo largo de todo el universo, loan Tus alabanzas y agradecimiento a través de las lenguas claras de sus seres! Todas Tus bendiciones alineadas en el mercado del mundo y desparramadas sobre la faz de la Tierra proclaman Tus alabanzas y Te enaltecen. Al dar fe de Tu munificencia y bendición, todos los frutos bien ordenados y bien proporcionados de Tu misericordia y bendición Te agradecen ante la mirada de Tus seres”.
Luego, respondieron diciendo: اَللّٰهُ اَكْبَرُ “¡Allah es el Más Grande!” ante la manifestación de la belleza Divina, la gloria, la perfección y la majestuosidad en los espejos de los seres siempre cambiantes sobre la faz del universo; se inclinaron con reverencia en su impotencia, se prosternaron con humildad, amor y asombro.
Luego, anunciando su pobreza y necesidad, respondieron con súplicas y buscando al Poseedor de la Riqueza Absoluta, que muestra la abundancia de Su riqueza y amplitud de Su misericordia, declararon: وَاِيَّاكَ نَسْتَع۪ـينﭮ “¡Sólo en Ti buscamos ayuda!”
Luego respondieron con aprecio al Creador Glorioso, que muestra las sutilezas y maravillas de Su arte antiguo en la exhibición de seres, exclamando: مَاشَاءَ اللّٰهُ “¡Qué maravillas Allah ha deseado!” Observándolas y aplaudiéndolas, declararon: بَارَكَ اَللّٰهُ “¡Qué bellamente fueron creadas! ¡Qué bendiciones Allah nos ha otorgado!” Teniendo a todos de testigos, dijeron asombrados: اٰمَنَّا “¡Vengan y vean
! حَىَّ عَلَى الْفَلاَحْ ¡Apresúrense a las oraciones y a la prosperidad! ”Y respondieron con sumisión y obediencia al Monarca de la Eternidad que proclama la soberanía de Su dominación en cada rincón del universo y la manifestación de Su unidad. Al declarar: سَمِعْنَا وَ اَطَعْنَا “¡Oímos y obedecemos!”, afirmaron Su unidad.
Luego, ante la manifestación de la Divinidad de ese Sustentador de Todos los Mundos, respondieron con adoración y veneración humilde, que consiste en proclamar su pobreza dentro de la necesidad, con las oraciones prescritas, que son el resumen de la adoración.
[1] Corán, 1:5
[1] Corán, 91: 1-7
Así, al realizar sus variadas tareas de adoración en la mezquita poderosa conocida como la morada de este mundo, cumplieron con sus obligaciones y con las tareas de sus vidas, asumieron ‘la más delicada de las formas’. Ascendieron a un rango por encima de todos los seres por el cual, a través de los auspicios de la fe y seguridad y ‘la Confianza’, se volvieron merecedores, Vicegerentes de Allah sobre la Tierra. Y después de este campo de prueba y lugar de examen, su Sustentador Munificente los invitó a la felicidad eterna para recompensarlos por su fe, a la Morada de Paz como retribución por haberse adherido a la religión del Islam. Allí, por Su misericordia, les otorgó bendiciones tan deslumbrantes que ningún ojo ni oído ha visto o escuchado, ni se le ocurrió a ningún corazón humano[1]; les dio la eternidad y la vida eterna. Porque los deseosos portadores de espejos amantes de una belleza eterna y perdurable que la contemplan por cierto que no perecerán, sino que irán a la eternidad. El estado final de los estudiantes del Corán es así. Que Allah Todopoderoso nos incluya entre ellos. ¡Amén!
En cuanto al otro grupo, los pecadores y los malvados, cuando entraron al palacio de este mundo con la edad de la discreción, respondieron con incredulidad ante todas las evidencias de la unidad Divina, con ingratitud hacia todas las bendiciones y al acusar a todos los seres de no tener ningún valor, los insultó de manera incrédula. Y ya que rechazaron y negaron todas las manifestaciones de los Nombres Divinos, cometieron un crimen ilimitado en un corto lapso y se convirtieron en merecedores de castigo interminable. Porque el capital de la vida y las facultades humanas les fueron otorgados al ser humano para que realice las tareas que ya hemos mencionado.
¡Oh, mi alma sin sentido y mi amigo lleno de deseos efímeros! ¿Crees que la tarea de tu vida se limita a seguir la buena vida según los requisitos de la civilización -con perdón de la expresión- para gratificar sus apetitos carnales y del estómago? ¿Crees que el único objetivo de los sentidos delicados y sutiles, las facultades y miembros sensibles, los miembros y sistemas bien ordenados, los sentimientos y sentidos inquisitivos incluidos en la máquina de tu vida se limitan a satisfacer los deseos bajos del alma básica en esta vida efímera? ¡Que Allah no lo permita! Existen dos objetivos principales para su creación e inclusión en tu ser esencial:
El primero consiste en hacerte conocer todas las variedades de las bendiciones del Verdadero Otorgador, hacer que Le agradezcas. Deberías estar al tanto de esto, agradecerle y adorarlo.
El segundo es hacerte conocer por medio de tus facultades todos los tipos de manifestaciones de los sagrados Nombres Divinos que se manifestados en el mundo y hacer que las experimentes. Y tú, al Así, el ser humano se desarrolla y se perfecciona a través del logro de estos dos objetivos básicos. A través de ellos, una persona se vuelve un verdadero ser humano.
Observa por medio del significado de la siguiente comparación y ve que las facultades humanas no fueron dadas para obtener la vida mundanal como un animal.
Por ejemplo, una persona le dio a uno de sus siervos veinte piezas de oro, diciéndole que se compre un traje hecho de una tela en particular. El siervo fue y compró un buen traje hecho de la tela de mayor calidad y se lo puso. Luego vio que su empleador le había dado a otro de sus siervos mil piezas de oro mientras le ponía en el bolsillo un pedazo de papel con algo escrito y lo mandó a terminar unos negocios. Ahora, cualquiera sabría por sentido común que el capital no era para comprar un traje porque, el primer siervo había comprado un traje de la mejor tela con veinte piezas de oro, así que las mil piezas de oro seguramente no serían para gastarlas en eso. Debido a que el segundo siervo no había leído el papel que estaba en su bolsillo y viendo lo que hizo el primer siervo, le dio todo el dinero al vendedor despiadado a cambio de un traje, recibiendo así la peor calidad de tela y un traje cincuenta veces peor que el de su amigo. Su empleador lo reprendió severamente por su absoluta estupidez y lo castigó con enojo.
[1] Bukhari, Bad’ul-Khalq, 8; Tafsir al-Sura, xxxii, 1; Tawhid, 35; Muslim, Iman, 312.
¡Oh, alma mía y amigo mío! ¡Entra en razones! No gastes el capital y las potencialidades de tu vida en los placeres físicos y de esta vida efímera como un animal o incluso algo más bajo. Si no, a pesar de que eres cincuenta veces superior con respecto al capital que el animal más alto, caerás cincuenta veces más abajo del más bajo.
¡Oh, mi alma negligente! Si quieres comprender al menos un poco el objetivo de tu vida y su naturaleza, la forma de tu vida, el verdadero significado de tu vida, su perfecta felicidad, ¡entonces mira! El resumen de los objetivos de tu vida consiste de nueve asuntos:
El primero es este: Poner en la balanza de los sentidos puestos en tu ser, las bendiciones almacenadas en los tesoros de la misericordia Divina, dar las gracias universales.
El segundo: Abrir con las llaves de las facultades puestas en tu naturaleza los tesoros escondidos de los sagrados Nombres Divinos. Y conocer a Allah Sagrado con esos Nombres.
El tercero: Mostrar a conciencia y darse a conocer a través de tu vida en vista de los seres de esta exhibición del mundo las artes maravillosas y las manifestaciones sutiles que los Nombres Divinos te han adjudicado.
El cuarto: Proclamar tu adoración ante la Corte de la soberanía del Creador verbalmente y a través de su estado.
El quinto: Como en las ocasiones ceremoniales que un soldado lleva puesto todas las condecoraciones que ha recibido de su rey, y al presentarse ante él, muestra los signos de su favor hacia él, esto es adornarte a ti mismo a conciencia con las joyas de los sentidos sutiles que las manifestaciones de los Nombres Divinos te han dado, y aparecer ante la mirada observadora del Testigo Eterno.
El sexto: Observar a conciencia las salutaciones de los seres vivos a su Creador, conocidas como las manifestaciones de vida, sus glorificaciones para su Creador, conocidas como los signos de vida, su adoración al Otorgador de Vida, conocida como los objetivos de la vida, verlos con reflexión, mostrarlos con testimonios.
El séptimo: Al tomar como unidades de medida las muestras pequeñas de los atributos como el conocimiento parcial, el poder, la voluntad dadas a tu vida, es conocer a través de esas medidas los atributos absolutos y las cualidades sagradas del Creador Glorioso. Por ejemplo, por medio de tu poder, conocimiento y voluntad parciales has hecho tu casa de una manera bien ordenada, asimismo deberías saber que el Creador del palacio del mundo es Quien Dispone de él, es Poderoso, Sapiente y Omnisciente al grado extremo, mucho más grande que tu casa.
El octavo: Comprender las palabras relacionadas a la unidad del Creador y a la soberanía del Creador sublimadas por cada uno de los seres de este mundo en su lengua particular.
El noveno: Comprender a través de tu impotencia y debilidad, tu pobreza y necesidad, los niveles del poder Divino y las riquezas de la soberanía. Tal como el placer y los niveles y variedades de alimentos se comprenden a través de los niveles de hambre y de los distintos tipos de necesidad, así también deberías comprender los niveles del infinito poder Divino y las riquezas a través de tu infinita impotencia y pobreza. Los objetivos de tu vida, entonces, brevemente, son asuntos como estos.
Ahora considera la naturaleza de tu vida; su resumen es este:
Es un índice de las maravillas que pertenecen a los Nombres Divinos; una balanza para medir los atributos Divinos; un equilibro de los mundos dentro del universo; una lista del mundo poderoso; un mapa del cosmos; un resumen del vasto libro del universo; un puñado de llaves con las que se abren los tesoros ocultos del poder Divino; y un diseño excelentísimo de las perfecciones esparcidas sobre los seres y adjuntadas al tiempo. La naturaleza de tu vida consiste de asuntos como estos.
Ahora, la forma de tu vida y la manera de su deber es este: tu vida es una palabra inscrita, una palabra de muestra sabiduría escrita con la pluma del poder. La que se ve y la que se oye señala a los Nombres Divinos. La forma de tu vida consiste de asuntos como estos.
Ahora, el verdadero significado de tu vida es este: actuar como un espejo de la manifestación de la unicidad Divina y de la manifestación de Allah. Todo lo que existe necesita de Él sin que Él necesite nada. Es decir, a través de una comprensión abarcativa, como si fuera el punto para focalizar todos los Nombres Divinos manifiestos en el mundo, es ser un espejo del Uno y Único.
Ahora, en cuanto a la perfección de tu vida con felicidad, es percibir las luces del Sol Eterno que están representadas en el espejo de tu vida, amarlas. Es mostrar fervor por Él como un ser conciente. Es perderte debido a tu amor por Él. Es establecer la reflexión de Su luz en el centro de tu corazón. Es debido a este misterio que el Hadiz Qudsi, que a continuación se escribe, te elevará a lo más alto de lo alto:
اَزْ عَجَبْ كُنْجَمْ بَقَلْبِ مُؤْمِنِينْ {مَنْ نَه كُنْجَمْ دَرْ سَمٰوَاتُ و زَمِينْ
“Los cielos y la Tierra no me contienen; aún así, ¡qué extraño! me contienen los corazones de los creyentes.”[1]
Y entonces, ¡alma mía! Ya que tu vida gira hacia objetivos tan elevados y reúne tesoros tan invaluables, ¿merece acaso la razón y la justicia que la pases en gratificaciones temporarias del alma maligna y en placeres efímeros y mundanales, que la malgastes? Si no quieres desperdiciar tu vida, reflexiona sobre los juramentos de esta sura del Corán, que aluden a la comparación y a las verdades que hemos mencionado y actúa en consecuencia:
[1] Ver: al-‘Ajluni, Kashf al-Khafa, ii, 165; Ghazzali, Ihya’l-‘Ulum al-Din, iii, 14.
وَالشَّمْسِ وَضُحٰيهَا ﱳ وَالْقَمَرِ اِذَا تَلٰيهَا ﱳ وَالنَّهَارِ اِذَا جَلّٰيهَا ﱳ وَالَّيْلِ اِذَا يَغْشٰيهَا ﱳ وَالسَّمَٓاءِ وَمَا بَنٰيهَا ﱳ وَالْاَرْضِ وَمَا طَحٰيهَا ﱳ وَنَفْسٍ وَمَا سَوّٰيهَا ﱳ فَاَلْهَمَهَا فُجُورَهَا وَتَقْوٰيهَا ﱳ قَدْ اَفْلَحَ مَنْ زَكّٰيهَا ﱳ وَقَدْخَاـبَـ مَنْ دَسّٰيهَا ﱳ[1]
اَللّٰهُمَّ صَلِّ وَسَلِّمْ ﱬ شَمْسِ سَمَٓاءِ الرِّسَالَةِ وَقَمَرِ بُـرْجِ النُّبُوَّةِ وَﱬ اٰلِه۪ وَاَصْحَابِه۪ نُجُومِ
الْهِدَايَةِ وَارْحَمْنَا وَارْحَمﭭ الْمُؤْمِن۪ـينﭯ وَالْمُؤْمِنَاـتِـ اٰم۪ـينﭫ اٰم۪ـينﭫ اٰم۪ـينﭫ
Oh, Allah, otórgale bendiciones y paz al Sol de los Cielos del Mensajero, a la Luna de la Constelación de la Misión Profética, a su Familia y Compañeros, las estrellas de la guía, otórganos misericordia a todos los hombres y mujeres creyentes. Amén. Amén. Amén.
[1] Corán, 91: 1-7
Palabra Diez
Palabra Doce
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