PALABRA VEINTISIETE

Conclusión

Las leyes cambian según las épocas. Por cierto, en una época distintos profetas pueden venir, y han venido. Ya que después del Sello de los Profetas, su Sharía Mayor es suficiente para todos los pueblos de todos los tiempos, no quedó ninguna necesidad de leyes diferentes. Sin embargo, en asuntos secundarios, la necesidad de distintas escuelas ha persistido en cierto grado. Tal como la ropa cambia con el cambio de estaciones, y las medicinas cambian según los temperamentos, así también las leyes sagradas cambian según las épocas, y sus ordenanzas cambian según las capacidades de los pueblos. Porque los asuntos secundarios de las ordenanzas de la Sharía consideraron las circunstancias humanas; vienen de acuerdo con ellas, y son como medicina.

En la época de los primeros profetas, ya que las clases sociales estaban muy alejadas y el carácter de las personas era algo burdo y violento, sus mentes eran primitivas y cerradas al nomadismo, las leyes de ese momento vinieron de maneras todas diferentes, apropiadas a sus condiciones. Incluso hubo diferentes profetas y leyes en el mismo continente en el mismo siglo. Entonces, ya que con la llegada del Profeta del final de los tiempos, el ser humano, avanzó de una etapa primaria a una secundaria, y a través de numerosas revoluciones e intervenciones, alcanzó una posición en la que todos los pueblos humanos pudieron recibir una sola lección, escuchar a un solo maestro y actuar según una sola ley, no quedó necesidad alguna de leyes diferentes, ni tampoco hubo necesidad de diferentes maestros. Pero porque no todos estaban completamente en el mismo nivel y no procedieron en el mismo tipo de vida social, las escuelas de jurisprudencia islámica se volvieron numerosas. Si, como los alumnos de una escuela elevada, la amplia mayoría de la humanidad se hubiera vestido con el mismo tipo de vida social y hubiera alcanzado el mismo nivel, entonces todas las escuelas de jurisprudencia Islámica podrían haberse unido. Pero así como el estado del mundo no permite eso, tampoco las escuelas de jurisprudencia islámica pueden ser una sola.

Si dices: La verdad es una; ¿cómo pueden ser verdad las distintas ordenanzas de las cuatro y de las doce escuelas?

La Respuesta: La misma agua gobierna de cinco maneras diferentes en cinco personas enfermas con diferentes temperamentos, así: para una, el agua es una cura para su enfermedad y según los médicos, es necesaria. Para otra, es como un veneno para su enfermedad y, no solo es dañina, sino que además está médicamente prohibida. Para otra, causa un poco de daño y es médicamente censurable. Para otra, el agua es beneficiosa y no le causa daño; según los médicos es recomendable para ella. Y para la otra, no es ni dañina ni beneficiosa; puede beberla con buena salud; para ella está médicamente permitido. Así, aquí la verdad se ha vuelto numerosa; las cinco son verdades. ¿Puedes decir: “El agua es sólo una cura, sólo necesaria, y no tiene otro efecto”?

De modo similar, obligadas por la sabiduría Divina, las ordenanzas Divinas cambian según las escuelas de jurisprudencia islámica y aquellos que las siguen con la motivación de la sabiduría Divina, cambian como verdad, son todas verdaderas y beneficiosas. Por ejemplo, ya que, según la aprobación de la sabiduría Divina, la mayoría de aquellos que siguen al Imám Shafí se acercan más a la vida pueblerina y al nomadismo que los Hanefíes, y que son carentes de vida social, lo que hace a la comunidad como un solo cuerpo, cada persona recita la Sura Fatiha detrás de quien lidera la oración para expresar sus dolores en la Corte del Suministrador de Necesidades y pronunciar sus deseos privados. Esto es absolutamente correcto y es sabiduría pura. Sin embargo, ya que la mayoría de los gobiernos islámicos favorecieron a la escuela del Imám A’zam, la gran mayoría de aquellos que siguen esa escuela está más cerca de la civilización y de la vida en la ciudad y es más adecuada para la vida social. Así, la comunidad se vuelve como un solo individuo y una persona habla en nombre de todos; todos lo confirman con sus corazones y los ligan al suyo; su palabra se vuelve la palabra de todos; según la escuela Hanefí, la Sura Fatiha no se recita detrás de quien lidera la oración. Y que no se recite es absolutamente correcto y es sabiduría pura.

Y, por ejemplo, ya que al formar una barrera contra los asaltos de la naturaleza, la Sharía modifica y entrena al alma maligna, según la escuela Shafí, la mayoría de cuyos seguidores son pueblerinos, semi-nómades y se ocupan de labores manuales: “La ablución se arruina al tocar a una mujer; la más mínima suciedad es dañina”. Mientras que según la Escuela Hanefí, ya que la gran mayoría de sus seguidores han entrado en la vida social y se han vuelto ‘semi-civilizados’: “Tocar a las mujeres no arruina la ablución; hay permiso para una pequeña cantidad de suciedad”.

Ahora consideraremos un artesano y un caballero. Debido a su forma de vida, un artesano se ve afectado al mezclarse y al estar en contacto con las mujeres que eran desconocidas para él. Ya que él se sienta en la misma chimenea y está involucrado con cosas que no están limpias debido a su trabajo y su forma de vida, su naturaleza y su alma maligna encuentran el camino libre y pueden atacarlo. En consecuencia, para formar una barrera contra esos ataques, la Sharía establece al respecto: “Tu ablución quedará arruinada; no toques a las mujeres. Tus oraciones serán inválidas; no te contamines”. Una voz celestial suena en sus oídos espirituales. Mientras que, de acuerdo con la costumbre social y en nombre de una moralidad en común, el caballero – con la condición de ser honorable – no es afligido al estar en contacto con mujeres que son desconocidas para él, y en nombre de la limpieza de la civilización, él no está contaminado de ninguna manera con las cosas sucias. En consecuencia, en la escuela Hanefí, la Sharía no le ha mostrado severidad ni intensidad; ha mostrado su lado permisivo, y lo alivió. “Si te han tocado la mano, tu ablución no está arruinada. Si estás avergonzado y no realizas el istinya en público, no hay daño en ello. Una pequeña cantidad de suciedad se permite”. Lo salva de los escrúpulos. Así, dos gotas del océano como ejemplos para ti. Haz analogías con ellas, y si puedes, pésalas en la balanza de la Sharía de esta manera, con el equilibrio del Mizan de Sharani[1].

سُبْحَانَكَ لَا عِلْمَ لَنَٓا اِلَّا مَا عَلَّمْتَنَاﮈ اِنَّكَ اَنْتَ الْعَل۪يمُ الْحَك۪ــيمُ

“¡Gloria a Ti! No tenemos más conocimiento  que el que Tú nos has enseñado. Tú eres, en verdad, El Conocedor perfecto, el Sabio”.

(Corán 2:32)

اَللّٰهُمَّ صَلِّ وَسَلِّمْ ﱬ مَنْ تَمَثَّلَ ف۪يهِ اَنْوَارُ مَحَبَّتِكَ لِجَمَالِ صِفَاتِكَ وَاَسْمَٓائِكَ، بِكَوْنِه۪ مِرْاٰةً جَامِعَةً لِتَجَلِّيَاتِ اَسْمَٓائِكَ الْحُسْنٰى، وَمَنْ تَمَرْكَزَ ف۪يهِ شُعَاعَاتُ مَحَبَّتِكَ لِصَنْعَتِكَ ﯺﰍ مَصْنُوعَاتِكَ بِكَوْنِه۪ اَكْــمَلَ وَاَبْدَعَ مَصْنُوعَاتِكَ، وَصَيْرُورَتِه۪ اَنْمُوذَجَ كَمَالَاـتِـ صَنْعَتِكَ، وَفِهْرِسْتَةَ مَحَاسِنِ نُقُوشِكَ وَمَنْ تَظَاهَرَ ف۪يهِ لَطَٓائِفُ مَحَبَّتِكَ وَرَغْبَتِكَ لِاِسْتِحْسَانِ صَنْعَتِكَ بِكَوْنِه۪ اَعْـﱱﲄ دَلَّالِى مَحَاسِنِ صَنْعَتِكَ وَاَرْفَعَ الْمُسْتَحْسِن۪ـينﭯ صَوْتًا ﯺﰍ  اِعْلَانِ حُسْنِ نُقُوشِكَ وَاَبْدَعَهُمْ نَعْتًا لِكَمَالَاتِ صَنْعَتِكَ وَمَنْ تَجَمَّعَ ف۪يهِ اَقْسَامُ مَحَبَّتِكَ وَاِسْتِحْسَانِكَ لِمَحَاسِنِ اَخْلَاقِ مَخْلُوقَاتِكَ وَلطَٓائِفِ اَوْصَافِ مَصْنُوعَاتِكَ، بِكَــوْنِه۪ جَامِعًا لِمَحَاسِنِ الْاَخْلَاقِ كَٓافَّةً بِاِحْسَانِكَ وَلطَٓائِفِ الْاَوْصَافِ قَاطِبَةً بِفَضْلِكَ وَمَنْ صَارَ مِصْدَاقًا صَادِقًا وَمِقْيَاسًا فَٓائِقًا لِجَم۪يعِ مَنْ ذَكَــرْتَ ﯺﰍ  فُرْقَانِكَ اِنَّكَ تُحِبُّهُمْ مِنَ الْمُحْسِن۪ـينﭯ وَالصَّابِر۪ينَ وَالْمُؤْمِن۪ـينﭯ وَالْمُتَّق۪ـينﭯ وَالتَّوَّاب۪ـينﭯ وَالْاَوَّاب۪ـينﭯ وَجَم۪يعِ الْاَصْنَافِ الَّذ۪ينَ اَحْبَبْتَهُمْ وَشَرَّفْتَهُمْ بِمَحَبَّتِكَ، ﯺﰍ  فُرْقَانِكَ حَتَّى صَارَ اِمَامَ الْحَب۪يب۪ـينﭯ لَكَ، وَسَيِّدَ الْمَحْبُوب۪ـينﭯ لَكَ وَرَئ۪يسَ اَوِدَّٓائِكَ وَﱭ اٰلِه۪   وَاَصْحَابِه۪ وَاِخْوَانِه۪ اَجْمَع۪ـينﭯ  ﱳ اٰم۪ـينﭯ بِرَحْمَتِكَ يَٓا اَرْحَمَ الرَّاحِم۪ـينﭯ

         ¡Oh, Allah! Otórgale bendiciones y paz a quien encarnó las luces de Tu amor a través de la belleza de Tus atributos; el espejo abarcativo de las manifestaciones de Tus Más Bellos Nombres; en quien se enfocaron los rayos de Tu amor por el arte que hay en Tus seres; el más perfecto y maravilloso de Tus obras de arte, quien fue un ejemplo de las perfecciones de Tu arte y un índice de las bellezas de Tus inscripciones; y quien reflejó las sutilezas de Tu amor y Tu deseo para que Tu arte fuera apreciado; el heraldo más elevado de Tu arte delicado, quien proclamó con voz resonante la admiración por la belleza de Tus inscripciones, el alabador más maravilloso de las perfecciones de Tu arte; quien reflejó junto con su ser las variedades de Tu amor y Tu apreciación por los buenos principios de tus seres y las sutilezas de las cualidades de Tus obras de arte, abarcando toda la buena conducta y la buena moral a través de Tu favor y las sutilezas de los atributos loables a través de Tu gracia; quien fue el criterio más excelente y la medida de todo lo que Tu mencionas en Tu Criterio de Verdad y Falsedad, el Corán, aquellos que Tú amas de entre los rectos, los pacientes, los creyentes, aquellos que tienen temor de Ti, quienes se vuelven a Ti, y se arrepienten, y todas las clases de aquellos a quienes Tú les infundes vida y honor a través de Tu amor en Tu Criterio de Verdad y Falsedad, hasta que se conviertan en el líder de aquellos a quienes Tú amas; el maestro de aquellos amados por Ti y jefe de Tus amados; y otórgales bendiciones y paz a toda su Familia y Compañeros y hermanos. Amén. ¡Por Tu misericordia, Oh, Misericordioso de los Misericordiosos!

 

[1]  Véase: Sha’rani, al-Mizan al-Kubra.