Apéndice de la Palabra Diecinueve y de la Palabra Treinta y Uno.
Sobre el Milagro de la División de la Luna
ﭡ
[1]اِقْتَرَبَتِ السَّاعَةُ وَانْشَقَّ الْقَمَرُ ﱳ وَاِنْ يَرَوْا اٰيَةً يُعْرِضُوا وَيَقُولُوا سِحْرٌ مُسْتَمِرٌّ
Bismillahir Rahmanir Rahim
“En el Nombre de Allah el Clemente y el Misericordioso”
Los filósofos y sus imitadores irrazonables- que quieren eclipsar con sus delirios viciados la División de la Luna, que es un milagro de Muhammad (PyB) que brilla como la luna- dicen: “Si la División de la Luna hubiera ocurrido, se hubiese sabido en todo el mundo y hubiera sido relatado a lo largo de la historia subsiguiente del ser humano”.
La Respuesta: Ya que la División de la Luna se demostró como una evidencia de la misión profética, y sucedió instantáneamente de noche cuando la gente estaba durmiendo, y antes de una reunión de personas que- a pesar de haber atestiguado semejante evidencia- lo negaron; y ya que hubieron obstáculos impidiendo la visibilidad como niebla, nubes, y la diferencia de horarios entre las diferentes partes del mundo; y ya que en ese momento la ciencia y la civilización no se habían generalizado, y la observación de los cielos era muy limitada, y el evento en sí mismo fue excepcional, en consecuencia, no hubo nada que indicara la necesidad de ser visto en todo el mundo y pasado a las historias generales. Por ahora, escucha Cinco Puntos de los muchos que disiparán esas nubes de delirios relacionados a la División de la Luna.
PRIMER PUNTO: La extremada obstinación de los incrédulos de ese momento es bien conocida y se recuerda en la historia. Y aún así, cuando el Sabio Corán anunció este evento a todo el mundo al decir:
وَانْشَقَّ الْقَمَرُ “y la luna se ha partido en dos” ni uno de aquellos incrédulos, que negaron el Corán, salió a desmentir esta aleya; es decir, ninguno de ellos negó el evento que estaba anunciando. Si el evento no se hubiera considerado como un hecho definitivo por los incrédulos de esa época, hubieran tomado esa aleya como pretexto, la hubieran negado de forma temible, y hubieran intentado atacar y derrocar la afirmación de Muhammad (PyB). Sin embargo, las biografías del Profeta (PyB) y las historias que mencionan el evento no relatan nada que sugiera que los incrédulos la negaron. Lo único que relata la historia es, como lo indica la aleya: وَيَقُولُوا سِحْرٌ مُسْتَمِرٌّ “Dicen: Es magia persistente”, que los incrédulos que vieron el evento declararon que fue magia, y dijeron que si las caravanas de otros lugares lo habían visto era verdad; si no, él los había embrujado. Las caravanas que llegaron a la mañana siguiente desde Yemen y otros lugares anunciaron que habían visto el evento. Entonces los incrédulos dijeron del Orgullo de Todos los Mundos (PyB) que, Allah no lo permita, la magia del huérfano de Abu Talib había afectado a los cielos[2].
SEGUNDO PUNTO: La mayoría de los eruditos más ilustres, como Sa’d al-Din Taftazani, declararon que como el Profeta (PyB) había satisfecho la sed de todo un ejército con agua que surgió de sus dedos, y toda la congregación había oído llorar a un poste de madera seca en donde Muhammad (PyB) se había apoyado mientras daba el sermón al separarse de él, la División de la Luna, también era mutawatir [3], es decir, se había transmitido por numerosas autoridades. Lo cual significa que estos eventos se habían pasado de grupo en grupo formando una congregación tan amplia que hubiese sido imposible hacer una conspiración para mentir. Como se informó unánimemente de la aparición del famoso Cometa Halley hace mil años, y la existencia de la isla de Ceylon fue certera debido a los reportes unánimes (tawatur), a pesar de que nosotros no lo vimos. Y entonces, es irrazonable fomentar dudas infundadas en asuntos tan certeros y atestiguados. Es suficiente que no sean imposibles. Y en cuanto a la División de la Luna, es tan posible como la división de una montaña con una erupción volcánica.
TERCER PUNTO: Los milagros para demostrar las afirmaciones de profecía y para convencer a aquellos que niegan esas afirmaciones, no son para obligar a la gente a creer. En consecuencia, los milagros tienen que manifestarse para aquellos que oyen las afirmaciones de profecía a un punto tal que los persuadirá. Tal como sería contrario a la sabiduría del Sabio y Glorioso mostrarlos en todo el mundo o de un modo tan obvio que todo el mundo estaría obligado a creer, así también sería contrario al misterio de la responsabilidad del ser humano. Porque esta responsabilidad requiere “abrir la puerta a la razón y no quitar el poder de elección”. Si el Creador Omnisciente hubiera dejado la división de la luna por una o dos horas para mostrarla a todo el mundo como deseaban los filósofos, y se hubiera registrado en todas las historias generales del ser humano, entonces hubiera sido como todos los otros eventos de los cielos y no habría una evidencia de la afirmación de la profecía de Muhammad (PyB) ni hubiera sido especial para su misión profética. Si no hubiese sido un milagro tan obvio que obligando a la razón a aceptarlo, hubiera negado el poder de elección, voluntariamente o no, hubiera tenido que asentir a su profecía. Alguien con un espíritu como un carbón como Abu Jahl hubiera estado al mismo nivel que alguien con un espíritu como un diamante como Abu Bakr el Veraz; el misterio de la responsabilidad del ser humano se hubiera perdido. Fue por este misterio que, al ser instantáneo y de noche, y a la hora de dormir- y la diferencia horaria, la niebla y las nubes y otros obstáculos lo ocultaron- no se mostró a todo el mundo y no pasó a la historia.
CUARTO PUNTO: Ya que este evento ocurrió instantáneamente de noche mientras todos estaban durmiendo, por supuesto que no se vio en todo el mundo. Incluso si algunas personas lo hubieran visto, no lo hubieran creído sus ojos. E incluso si los hubiera hecho creer, un evento tan significativo no se hubiera vuelto una fuente permanente para la historia futura a través de los reportes individuales aislados.
En algunos libros está escrito que después de que la luna se partió en dos mitades se cayó a la tierra, pero los eruditos veraces han rechazado esos agregados, diciendo que tal vez fueron agregados por farsantes con la intención de reducir a nada el valor de este milagro evidente.
Y, por ejemplo, tal como al mismo tiempo en Inglaterra y en España, que entonces estaban envueltos en una bruma de ignorancia, hubiera sido ni bien pasada la puesta del sol, en América, de día, y en China y Japón, de mañana, así también en otros lugares hubieran aparecido otros obstáculos que impedirían verlo. Ahora considera a estos objetores irrazonables que dicen que las historias de pueblos como los ingleses, chinos, japoneses y americanos no lo mencionan y que, en consecuencia, no ocurrió. Mil maldiciones caigan sobre las cabezas de aquellos que adulan a Europa.
QUINTO PUNTO: La División de la Luna sucedió no por su propio acuerdo como consecuencia de ciertas causas, ni como resultado de la casualidad, ni fue un evento natural que ocurrió a través de las leyes comunes de la naturaleza. Más bien, el Creador Omnisciente del Sol y de la Luna hizo que sucediera como algo fuera de lo común para confirmar la misión profética de Su Mensajero y para iluminar su afirmación.
Como el misterio de la guía, el misterio de la responsabilidad humana, y la sabiduría de la misión profética lo requerían, se demostró como una prueba convincente a cierta gente especificada por la sabiduría dominical de Allah. El misterio de la sabiduría requería que no fuera mostrado a la gente de cada región del mundo, que todavía no había oído sobre la afirmación de la misión profética de Muhammad (PyB). Numerosos obstáculos se los impidió, entonces, como la niebla, las nubes y la diferencia horaria, y el hecho de que en algunos países la luna no había salido, y en otros el sol había salido, mientras que en otros era la mañana, y aún así en otros el sol recién se había puesto.
Si se hubiera mostrado a todos y diversos, se hubiera visto como resultado del Signo de Muhammad (PyB) y un milagro de profecía, en cuyo caso su misión profética hubiese sido tan manifiesta que todos hubieran estado obligados a afirmarla. No hubiera quedado elección para la razón. Y la fe se alcanza con el poder de elección del ser. El misterio de la responsabilidad humana hubiera sido para nada. Y si se hubiera mostrado meramente como un evento de los cielos, su conexión con la misión profética de Muhammad (PyB) se hubiera cortado, y no hubiera conservado ninguna peculiaridad para él.
Para Concluir: Ya no hay ninguna duda en relación a la posibilidad de la División de la Luna; se ha demostrado fehacientemente. Y ahora mencionaremos seis[4] de las muchas evidencias que señalan lo ocurrido.
La concurrencia de los Compañeros del Profeta- que eran todos hombres justos- cuando sucedió.
El acuerdo en explicar la aleya: وَانْشَقَّ الْقَمَرُ “y la luna se ha partido en dos” de todos los comentadores investigadores del Corán.
El hecho de que, basándose en numerosas y diferentes cadenas de autoridades y líneas de transmisión, todos los eruditos de los Hadices y transmisores de las narraciones válidas relataron el evento.
El testimonio de todos los evliyas y veraces, aquellos que reciben inspiración y develan los misterios de la creación.
La confirmación de los académicos y teólogos cultos, cuyos caminos difieren enormemente entre sí.
El hecho de que la Comunidad de Muhammad (PyB) aceptó el suceso que, sobre un principio establecido, nunca se pone de acuerdo sobre el error[5].
Estas seis evidencias demuestran la División de la Luna tan claramente como el sol.
Conclusión: Hasta aquí, este Apéndice ha sido en nombre de establecer la verdad, y para silenciar a aquellos enemigos que lo niegan. Las oraciones concluyentes serán ahora en nombre de la verdad en pro de la fe. Por cierto, habiendo establecido la verdad mencionada anteriormente, ahora la verdad habla.
El Sello de la Oficina del Mensajero, que fue la luna luminosa del cielo de la profecía de su cielo, demostró su cercanía de Allah a través de su Ascensión. Esta fue la maravilla más grande y el milagro supremo de su cercanía de Allah, alcanzada con su adoración, que fue tan elevada que lo hizo el amado de Allah. Es decir, al viajar con su cuerpo terrenal a través de los cielos, su superioridad, y el hecho de ser el amado de Allah, se demostró a los moradores de los cielos y habitantes de los mundos elevados. Entonces también, que la luna- que está unida a la tierra y suspendida en los cielos- se haya partido en dos mitades con el signo de un habitante de la tierra, es un milagro que indica que la misión profética del morador de la tierra se mostró a los otros habitantes de la tierra. Así, la persona de Muhammad (PyB) voló a la cima de las perfecciones sobre las dos alas luminosas de la profecía y la cercanía de Allah, como las dos alas extendidas y luminosas de la luna; él ascendió “a la distancia de dos arcos o aún más cerca”; se volvió la causa del orgullo de los habitantes de los cielos y los habitantes de la tierra…
عَلَيْهِ وَﱭ اٰلِهِ الصَّلَاةُ وَالتَّسْل۪يمَاتُ مِلْاَ الْاَرْضِ وَالسَّمٰوَاتِ
سُبْحَانَكَ لَاعِلْمَ لَنَٓا اِلَّا مَاعَلَّمْتَنَاﮈ اِنَّكَ اَنْتَ الْعَل۪يمُ الْحَك۪ــيمُ
اَللّٰهُمَّ بِحَقِّ مَنِ انْشَقَّ الْقَمَرُ بِاِشَارَتِهِ اجْعَلْ قَلْب۪ى وَقُلُوبَ طَلَبَةِ
رَسَٓائِلِ النُّورِ الصَّادِق۪ـينﭯ كَــالْقَمَرِ ﯺﰍ مُقَابَلَةِ شَمْسِ الْقُرْاٰنِ اٰم۪ـينﭯ اٰم۪ـينﭯ
Que sobre él y sobre su Familia sean tantas bendiciones y paz como para llenar la tierra y los cielos.
¡Glorificado seas! No tenemos más conocimiento excepto lo que Tú nos has enseñado; por cierto, Tú eres el Omnisapiente, el Omnisciente.[6]
¡Oh, Allah! Por quien ante cuyo signo la luna se dividió, haz mi corazón y los corazones de todos los verdaderos estudiantes de Risale-i Nur como la luna frente al Sol del Corán. Amén. Amén.
[1] Corán, 54:1-2
[2] Ibn Hajar, Fath al-Bari, vii, 145; Bayhaqi, Dala’il al-Nubuwwa, ii, 266, 268.
[3] Bukhari, ii, 251; v, 62; vi, 178; al-Hakim, al-Mustadrak, ii, 472; Suyuti, Nazm al-Mutanathir fi’l-Hadith al-Mutawatir, 135; Bayhaqi, Dala’il, i, 279-81.
[4] Es decir, hay seis pruebas en relación al evento en forma de consenso multiplicado por seis. Desafortunadamente, la explicación de ellas es breve, a pesar de que merecen más.
[5] Musnad, i, 377, 413, 447, 456; iii, 207, 220, 275, 278; iv, 81; Tafsir Ibn Kathir, vi, 469.
[6] Suyuti, Nazm al-Mutanathir fi’l-Hadith al-Mutawatir, 180; Tabarani, al-Mu’jam al-Kabir, xii, 13623-4; xvii, 666-7; Ibn ‘Adi, al-Kamil fi’l-Du’afa, iii, 1307.
Palabra Treinta
Palabra Treinta y Dos
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