PALABRA TREINTA Y DOS

El Segundo Tema del Segundo Punto

Cuando el representante de los desviados no pudo encontrar apoyo ni bases para construir sus desviaciones y fue derrotado en argumentos, dijo lo siguiente:

“Yo considero que la felicidad en este mundo, los placeres de la vida, el progreso de la civilización y el perfeccionamiento de las artes se hallan todos en el rechazo de pensar en el Más Allá y conocer a Allah, en el amor por este mundo, en libertad y licencia absoluta y en confiar exclusivamente en mí mismo. Al hacer esto, he arrastrado a la mayoría de los seres humanos a este camino, con la ayuda de Satanás, y continúo haciéndolo”.

La respuesta: Decimos, en el nombre del Corán: ¡Oh, desdichada humanidad! ¡Entra en razones! No escuches al representante de los desviados. Si lo escuchas, tu pérdida será tan grande que tu inteligencia, tu espíritu y tu corazón se estremecerán de sólo pensarlo. Hay dos caminos frente a ti:

El primero: El camino de la desdicha puesto frente a ti por el representante de los desviados.

El segundo: El camino de la felicidad definida para ti por el Sabio Corán.

Habrás notado y comprendido numerosas comparaciones entre estos dos caminos en el libro Palabras, especialmente en Palabras Pequeñas. Entonces, presta atención y comprende ahora una de esas miles de comparaciones que es apropiada para este debate.

El camino de asociar copartícipes con Allah, el desvío, la disipación y el vicio, hace que el ser humano caiga al más bajo nivel. Afligido con dolores infinitos, es obligado a cargar un peso infinitamente pesado sobre sus hombros débiles y sin poder. Porque si el ser humano no reconoce a Allah y pone su confianza en Él, se vuelve extremadamente débil e impotente, necesitado y empobrecido, un animal efímero que sufre y se aflige expuesto a un sinfín de desgracias. Al sufrir constantemente el dolor de la separación de todos los objetos de amor y apego, finalmente abandonará a todos sus seres queridos e irá solo hacia la oscuridad de la tumba.

A través de su vida, lucha en vano, con una voluntad extremadamente limitada, con poder leve, una vida corta y una mente torpe, contra infinitos dolores y esperanzas. En vano, lucha por alcanzar innumerables deseos y objetivos.

Incluso es incapaz de llevar la carga de su propio ser, carga con el peso del mundo vasto sobre sus desdichados hombros y mentes. Sufre el tormento del Infierno incluso antes de llegar allí.

Ciertamente, para evitar sentir este dolor profundo, este inmenso tormento espiritual, los desviados recurren a una embriaguez que es como un tipo de estupor y así pueden temporariamente evitar sentir su dolor. Pero cuando lo sientes, de repente sienten la proximidad de la tumba. Porque quien no es un verdadero siervo de Allah Todopoderoso imaginará que es dueño de sí mismo. Pero con su voluntad parcial y limitada y, su poder y fuerza insignificantes, no puede administrar ni controlar su ser en este mundo tempestuoso. Ve miles de distintos tipos de enemigos que atacan su vida, desde microbios dañinos hasta terremotos. En un estado increíble de miedo doloroso, mira hacia la puerta de la tumba, que en todo momento le parece terrible.

Mientras está en este estado, el ser humano también tendrá problemas por el estado del mundo y de la humanidad, porque por su esencia está atado a ambos. Sin embargo, no cree que estén bajo el control del Omnisciente, Todopoderoso, Misericordioso y Generoso, y los atribuye a la casualidad y a la naturaleza. Y entonces, junto con sus propios dolores, sufre también los dolores del mundo y de la humanidad. Los terremotos, las plagas, las tormentas, la hambruna y la escasez, la separación y la muerte; todo esto lo atormenta de una manera muy dolorosa y lúgubre. Pero este tipo de ser humano no merece lástima ni empatía, porque él mismo es responsable de esto.

En la Palabra Ocho hay una comparación entre dos hermanos que entraron a un pozo. Uno no estaba satisfecho con una bebida refrescante, dulce, de confianza, placentera y lícita en la fiesta espléndida con amigos agradables en un hermoso jardín y entonces bebió vino horrible y sucio para obtener placer ilícito e impuro. Se embriagó y luego imaginó que estaba en un lugar nauseabundo en medio del invierno rodeado de bestias salvajes, y comenzó a temblar y gritar.

Pero esta persona no es digna de lástima, porque creyó que sus compañeros honorables y bendecidos eran monstruos, y así los insultó. También creyó que las comidas deliciosas y los platos limpios de la fiesta eran piedras impuras y sucias y comenzó a aplastarlas. Y creyó que los libros respetados y los escritos profundos que estaban allí eran diseños banales y sin sentido, y entonces los rompió y los pisoteó. Este tipo de persona no sólo no es digno de lástima, sino que en verdad merece que le den una buena paliza.

Exactamente de la misma manera, una persona que, por elegir mal y por la locura del desvío, está intoxicada con falta de fe, imagina que esta residencia que es el mundo, que pertenece al Creador Omnisciente, es un juguete de la casualidad y de las fuerzas de la naturaleza. Cree que el pasaje de los seres al Mundo de lo Oculto, que es en realidad la renovación de la manifestación de los Divinos Nombres, es una ejecución y una aniquilación. Supone que los ecos de aquellos seres que glorifican a Allah, que están cumpliendo con sus obligaciones a través del tiempo, son los lamentos de la muerte y de la separación eterna.

Considera que las páginas de los seres creados, que son inscripciones del Eterno Adorado, son sin sentido y confusas. Imagina que la puerta de la tumba, que se abre hacia el mundo de la misericordia, es la entrada a la oscuridad de la inexistencia. Y considera que la hora señalada, que es en realidad una invitación a unirse a sus verdaderos amigos, es el punto de partida para la separación de todos ellos.

Este tipo de persona atrae para sí los tormentos dolorosos y horrendos, y niega, denigra e insulta a todos los seres y los Nombres de Allah y Sus inscripciones. Por eso, no sólo no es digno de compasión ni empatía, sino que además merece un castigo severo. De ninguna manera es merecedor de misericordia.

Y entonces, ¡oh, miserable ser del desvío y la disipación! ¿Cuál de tus logros, qué arte, qué perfección, qué civilización, qué progreso, pueden confrontarse con este increíble silencio de la tumba, esta desesperación demoledora? ¿Dónde puedes encontrar esa verdadera consolidación que es la necesidad más urgente del espíritu humano?

¿Qué naturaleza, qué causalidad, qué copartícipe asociado por ti a Allah, qué descubrimiento, qué nacionalidad, qué falso objeto de adoración, en cada uno de los que depositas tu confianza y a los que le atribuyes las obras de Allah y Sus misericordias de sustento, cuál de ellos puede librarte de la oscuridad de la muerte que crees que es una aniquilación eterna?

¿Cuál de ellos puede permitirte cruzar las fronteras de la tumba, los límites de la morada intermedia, las marcas de la llanura de la resurrección, el Puente de Sirat? ¿O que pueda acarrear tu felicidad eterna?

Debes saber que seguramente viajarás por este camino para ti porque no puedes cerrar la puerta de la tumba. Y un viajante que va por ese camino debería confiar en alguien cuyo control y comando abarca esta esfera vasta y sus límites extensivos.

¡Oh, desdichados desviados y negligentes! Según con los principios de que “la consecuencia de un amor lícito está sufriendo un tormento sin piedad”, estás sufriendo un castigo absolutamente justificado, porque estás empleando ilegalmente tu capacidad innata de amar, conocer, agradecer y adorar que relaciona con la esencia, los atributos y los Nombres de Allah Todopoderoso con tu propia alma y la vida de este mundo.

Has malgastado el amor que le pertenece a Allah Todopoderoso en ti mismo. Tu propia alma se ha convertido en tu amado y te causará un sufrimiento interminable: no le estás dando verdadera paz a ese amado. Estás sufriendo constantemente porque no se lo das al Poseedor de Poder Absoluto Que es el único verdaderamente amado y no confías totalmente en Él.

Sufres más desgracias porque le das al mundo el amor que le pertenece a los Nombres y atributos de Allah Todopoderoso y repartes la obra de Su arte entre las causas que hay en el mundo. Un grupo de esos innumerables amados tuyos ni siquiera te reconocerán, y si lo hacen, no te amarán. O si te aman, su amor no servirá para nada. Sufrirás constantemente de innumerables separaciones y despedidas sin esperanzas de regresos.

Esto, entonces, es la esencia y la verdadera naturaleza de lo que los desviados llaman la felicidad de la vida, la perfección humana, las ventajas de la civilización y el placer de la libertad. Y la disipación y la intoxicación no son más que un velo; temporariamente bloquean todos los sentimientos. Entonces, di: “Escupo sobre la inteligencia de aquellos que siguen por ese camino”.

Pero en cuanto a la carretera luminosa del Corán, cura con las verdades de la fe todas las heridas de los desviados. Dispersa todas las penumbras y la oscuridad de ese primer camino. Cierra la puerta a todo desvío y toda perdición.

Cura la debilidad del ser humano, la impotencia, la pobreza y la necesidad con confianza en el Más Poderoso y Compasivo. Porque al dejar la carga de su vida y de su ser en manos de Su poder y misericordia en vez de cargarla él mismo, el ser humano encuentra la facilidad y el confort como si estuviera manejando su propia vida y alma. El Corán establece que no es un ‘animal racional’, sino que es un verdadero ser humano y un huésped bien aceptado por el Más Misericordioso.

Con gentileza cura al ser humano de las heridas que le provocó el mundo trascendente, la naturaleza efímera de las cosas y el amor por ellas, y lo libera de la oscuridad de la falsa ilusión y las fantasías. Hace esto al mostrarle al mundo que es una casa de huéspedes del Más Misericordioso, y que los seres que viven en él son espejos de los Divinos Nombres y de las inscripciones siempre frescas del Eterno Adorado.

Muestra que la muerte y la hora señalada son el puente a la morada intermedia y el preludio para reunirnos y encontrarnos con nuestros seres queridos que ya están en el mundo de la eternidad. Así, cura las heridas provocadas por la noción de la muerte como una separación eterna, como creen los desviados. Demuestra que la separación es en realidad la forma más verdadera de reencontrarse.

Además, al establecer que la tumba es una puerta que se abre al mundo de la misericordia, una morada de felicidad, un jardín del Paraíso, el reino luminoso del Misericordioso, disipa el miedo más terrorífico del ser humano y muestra que el viaje aparentemente doloroso, problemático y desagradable hacia el reino intermedio es de hecho, el más placentero, agradable y alegre de los viajes. Con la tumba, muestra que la tumba con es la boca del dragón sino que es una puerta que se abre hacia el jardín de la misericordia.

El Corán también le dice al creyente: “Ya que tú puedes elegir sólo parcial y restringidamente, entrégale tus asuntos al Dueño de la voluntad universal. Ya que tu poder es débil, confía en el del Poseedor del Poder Absoluto. Ya que tu vida es breve, piensa en la vida eterna. ¡No te inquietes! Hay una vida que no acaba. Si tu mente está apagada, deja que el sol del Corán brille sobre ti. Mira con la luz de la fe, y en vez de la luciérnaga de tu propia mente, cada aleya del Corán te iluminará como una estrella.

“Ya que tienes innumerables esperanzas y dolores, debes saber que te esperan recompensas infinitas y misericordia ilimitada. Ya que tienes innumerables deseos y objetivos, no pienses en ellos y te perturbes. Este mundo no puede contenerlos; el lugar adecuado para ellos es otro reino, y quien los garantizará es alguien más, no tú”.

El Corán también dice: “¡Oh, ser humano! No eres dueño de ti mismo sino que estás completamente en manos de Alguien Cuyo poder es infinito, el Compasivo de Gloria Cuya misericordia es infinita. Por lo tanto, no te perturbes cargando sobre tus hombros el peso de tu vida, porque es Él Quien garantiza tu vida y la administra.

“También, el mundo no está sin dueño. Entonces no te pongas ansioso al pensar en el estado del mismo ni cargues ese peso en tu mente, porque el Dueño del mundo es Omnisciente y Omnisapiente. Tú eres un huésped, así que no seas oficioso ni entrometido.

“Además, los seres como los seres humanos y los animales no han sido abandonados a su suerte, sino que todos son oficiales con tareas específicas. Son cuidados por el Omnisciente y Compasivo. No hagas que tu espíritu se desespere al pensar en sus dolores y aflicciones. No intentes ser más empático y más bondadoso que su Creador Compasivo.

“También, las riendas de todas esas cosas que son hostiles contigo, desde los microbios hasta las plagas, las tormentas, la hambruna y los terremotos, están en manos del Compasivo y Omnisciente. Al ser Omnisciente, Él no hace nada en vano. Al ser Compasivo, Su misericordia es superabundante. Hay una especie de gracia y favor contenida en todo lo que Él hace”.

El Corán también dice: “Este mundo es ciertamente efímero, sin embargo, produce las necesidades para un mundo eterno. Es trascendente y fugaz, pero produce frutos eternos, y demuestra las manifestaciones de los Nombres eternos de un Ser Eterno. Sus placeres ciertamente son pocos y sus dolores son muchos, pero los favores del Misericordioso y Compasivo son placeres verdaderos que duran por siempre. Y en cuanto a los dolores de este mundo, ellos también producen una especie de placer por la recompensa que se obtiene al soportarlos.

“Ya que la esfera de lo lícito es suficiente para todos los placeres, las delicias y las alegrías del espíritu, del corazón y del alma, no te acerques a la esfera de lo ilícito. Porque un placer dentro de esa esfera a veces lleva a mil dolores. También causará la pérdida de los favores del Misericordioso, que son placeres verdaderos y perdurables.

“Además, como se describe al principio, el placer ilícito en el camino del desvío hace que el ser humano caiga a lo más bajo. Entonces ninguna civilización, ni filosofía puede ofrecer un remedio para él, y ningún progreso humano ni avance científico puede liberarlo de ese pozo oscuro y profundo. Mientras que el Sagrado Corán eleva al ser humano, a través de la fe y de las buenas obras, desde lo más bajo hasta lo más alto, y demuestra que hace esto con pruebas claras. Y llena ese pozo profundo con timbres de desarrollo interior y progreso espiritual.

“Además, le facilita al ser humano el viaje largo, tormentoso y problemático hacia la eternidad. Le muestra los medios para atravesar una distancia de miles de años, o mejor dicho, de cincuenta mil años, en un solo día.

“Además, al dar a conocer al Glorioso, Que es el Monarca Eterno, le confiere al ser humano la posición de un siervo fiel, huésped y oficial a quien le otorga tareas específicas. Y le asegura un viaje con gran facilidad tanto en la casa de huéspedes de este mundo como en las etapas y paradas del reino intermedio y del Más Allá.

“Un oficial leal viajará en el reinado de su monarca y atravesará las fronteras de cada provincia con facilidad, viajando con los medios más rápidos, como por avión, barco o tren. Así también quien forma una relación con el Eterno Monarca con la fe y Lo obedece al hacer buenas obras pasará con la velocidad de un rayo o de Buraq a través de las etapas de esta casa de huéspedes del mundo, las esferas del reino intermedio y el mundo de la resurrección y las fronteras extensas de todos los reinos que están más allá de la tumba, hasta que obtenga la felicidad eterna”. El Corán demuestra esta verdad contundentemente y lo indica para aquellos que están purificados.

La verdad del Corán también dice: “¡Oh, creyente! No le des tu capacidad infinita de amar a tu maldad horrible y defectuosa, y a tu alma dañina e instintiva. No lo tomes como tu objeto de amor y sus caprichos como tu objeto de adoración. Mejor toma a Quien te ha otorgado esa capacidad infinita para amar. También te hará infinitamente feliz en el futuro, y con Su Generosidad, hará feliz a todos tus allegados, cuya felicidad te hace feliz. Toma como objeto de tu amor y adoración a Quien posee una infinita perfección y una belleza que es infinitamente sagrada, exaltada, trascendente, perfecto, impecable y sin desvanecerse. La belleza de Su misericordia y la misericordia de Su belleza están demostradas por todas las bellezas y bendiciones del Paraíso. Todos Sus Nombres son infinitamente bellos y en cada uno de ellos hay muchas luces de justicia y belleza. Su belleza y perfección están indicadas y señaladas por toda la justicia, la belleza, la virtud y la perfección de todos los objetos amados del cosmos”.

El Corán también dice: “¡Oh, ser humano! No derroches tu infinita capacidad de amar, que correctamente le pertenece a Sus Nombres y atributos, en otros seres trascendentes. Porque las obras y los seres de Allah son efímeros, pero los Bellos Nombres, cuya impresión y manifestación pueden notarse en ellos, son eternos y permanentes. Y en cada uno de Sus Nombres y atributos hay miles de grados de munificencia y belleza, perfección y amor. Mira sólo al Nombre del Misericordioso: el Paraíso es una manifestación de él, la felicidad eterna, un destello de él, y todo el sustento y la munificencia del mundo, apenas una gota de él”.

Considera cuidadosamente, entonces, estas aleyas que indican la verdadera naturaleza de los desviados y la de los creyentes, con respecto a sus vidas y tareas:

لَقَدْخَلَقْنَا الْاِنْسَانَ ﯺﰍﰉ اَحْسَنِ تَقْو۪يمﭰ ﱳ ثُمَّ رَدَدْنَاهُ اَسْفَلَ سَافِل۪ـينﭯ ﱳ

اِلَّا الَّذ۪ينَ اٰمَنُوا وَعَمِلُوا الصَّالِحَاتِ [1]
Y esta aleya que indica su resultado final y consecuencias:

فَمَا بَكَــتْ عَلَيْهِمُ السَّمَٓاءُ وَالْاَرْضُ[2]

De qué forma sublime y milagrosa expresan la comparación que hemos hecho. Ya que la verdad expresada de forma milagrosa y concisa en la primera aleya está explicada en detalle en la Palabra Once, referimos a nuestros lectores a esta parte de Risale-i Nur para el desarrollo de ese tema.

En cuanto a la segunda aleya, mostraremos con una breve indicación, qué sublime es la verdad que expresa. Es como sigue:

El significado explícito de la aleya es que los cielos y la tierra no lloran cuando los desviados mueren. El significado implícito es que los cielos y la tierra sí llora cuando los creyentes parten de este mundo. Porque los desviados, por su negación de las tareas y funciones de los cielos y la tierra, por ignorar su significado, rechazar su valor, negarse a reconocer a su Creador, están de hecho actuando de manera insultante y hostil hacia ellos.

Entonces, por supuesto que los cielos y la tierra no llorarán por ellos, sino que en realidad los maldicen y se regocijan con su muerte.

En cuanto al significado implícito, que los cielos y la tierra lloran por los creyentes muertos, es porque ellos saben las tareas y funciones de los cielos y de la tierra, asienten a sus verdaderas realidades y comprenden, a través de la fe, los significados que ellos expresan. Dicen: “Qué hermoso han sido creados, qué delicados son al cumplir con sus tareas”. Los respetan y le asignan su verdadero valor. Los aman y aman los Nombres que ellos reflejan por Allah Todopoderoso. Es por esa razón que los cielos y la tierra sienten pena por los la muerte de los creyentes como si estuvieran llorando.

[1] Corán, 95:4-6

[2] Corán, 44:29